lunes, 21 de noviembre de 2011

Los seres humanos, ¿podrían prescindir de la técnica? ¿Sería su vida más feliz?

                                 “El hombre comienza cuando comienza la técnica"
                                                               José Ortega y Gasset

No podemos negar que el hombre se hizo hombre gracias al dominio técnico, además de la sociabilidad, la capacidad lingüística y la comunicativa. Estas características le sirvieron de ventaja adaptativa a estos seres a los que, como cuenta Platón en el Mito de Prometeo, Epimeteo no pudo equipar porque había gastado todas las facultades en los brutos. Y no tuvo más que dominar la técnica y utilizarla como una prótesis, para poder abrirse paso y sortear la evolución natural y llegar a ser él quien adaptara todo su entorno a sus propias necesidades de supervivencia.
José Ortega y Gasset es taxativo al afirmar que “sin la técnica el hombre no existiría ni habría existido nunca” y que “lo que nadie puede dudar es que desde hace mucho tiempo la técnica se ha insertado entre las condiciones ineludibles de la vida humana de suerte tal que el hombre actual no podría vivir sin ella”.

¿Ahora pensemos, sería el hombre más feliz sin la técnica?

No podemos hacernos esta pregunta, ya que el hombre que conocemos hoy, no sería este hombre sin la técnica. Así, que es imposible pensar en el hombre sin esta capacidad. El hombre no habría podido vivir, no vive y no podrá vivir sin la técnica.

Las relaciones en las redes sociales fomentan la democracia

Las redes sociales llegan a intervenir en esta crisis de legitimidad de los sistemas políticos con la creciente desconfianza de los ciudadanos en las instituciones de la política tradicional.
Estas agrupaciones en torno a sociedades virtuales hacen surgir movimientos nuevos que ponen el acento en la necesidad de  reivindicar nuevas formas de hacer política y de promover la participación democrática más acordes con las potencialidades descentralizadas del nuevo contexto tecnológico y de interacción social.


Los ciudadanos, en Internet, están tomando conciencia de que pueden participar. Cada vez hay más ciudadanos activos: creadores, críticos, miembros de redes, etc. Y algunos llegan a participar en redes sociales políticas fuera de los tradicionales partidos.


El futuro de la democracia está en gran medida sustentado en la información y comunicación que brindan las nuevas tecnologías.


sábado, 19 de noviembre de 2011

Identidad virtual

Ya no puede sorprendernos leer el diario en nuestra notebook, ver a nuestros niños frente a sus computadoras, con más de tres ventanas abiertas al mismo tiempo, chateando, tweeteando, escuchando música y más. Esto lo estamos percibiendo desde no hace tantos años, y nuestra cabeza se resiste a adaptarse a esa nueva realidad. Hay quienes creen que esto es una catástrofe, los chicos ya no leen, no se sociabilizan, se pasan horas frente a una máquina.

Hace poco me sorprendió ver un recreo en una de las escuelas de Buenos Aires, en la que ya entregaron las netbooks a los alumnos por el programa Conectar Igualdad. El patio, que antes estaba repleto de chicos corriendo, pateando pelotas y jugando a las escondidas, ahora estaba en silencio y los chicos, que cada uno salía con la máquina en sus manos, buscaban lugares para sentarse y poder jugar con ellas. ¿Y cómo no me va a resultar extraño? Soy una inmigrante digital, y me cuesta ingresar a estas nuevas formas de comunicarnos e informarnos. Pero no me resisto, soy docente y quiero actualizarme para estar a la altura de las circunstancias. Mis alumnos son nativos digitales, y merecen un maestro que pueda crear otros escenarios en las tradicionales aulas, sin modificar el papel del docente como intermediario del conocimiento.


Estos nativos digitales, que hacen un montón de cosas a la vez y participan en múltiples actividades, no son nada si no tienen “amigos” en Facebook, o “followers” en Tweeter, o algún que otro contacto dando vueltas por ahí. Entonces, no podemos negar que este nuevo juego de interacción es su terreno de juego, y que la red es un elemento sociabilizador. Ellos “son” si están conectados o no, si mandan mails o no, si están en alguna red o no. Todo esto les da una “identidad virtual” que van recreando todo el tiempo.


Es por todo esto que no podemos negar que la mayor consecuencia de la revolución de la digitalización de la información es el cambio en los modos de relación entre los seres humanos.