domingo, 15 de enero de 2012

¿Hacia una educación sin escuelas?

                              En el futuro la educación no se hará en escuelas presenciales.
                                                              
“La escuela es una institución del segundo entorno y especialmente diseñada para educar a personas que viven en contextos de cambio intrageneracional” (Gordillo – Galbarte).



Nuestros sistemas educativos están en crisis.

Las nuevas lógicas derivadas del desarrollo de las TIC, están interpelando diariamente a nuestras escuelas. El avance de la enseñanza virtual, está poniendo en duda la necesidad de su existencia.
La institución escolar de la modernidad está en permanente tensión en estos tiempos posmodernos.

¿Es posible la educación sin escuelas?

A mi criterio, ¡claro que no! La escuela no es sólo un lugar de transmisión de conocimientos, sino también un lugar clave para la socialización. Y los docentes somos necesarios para acompañar a los niños / jóvenes en el desarrollo de todas sus potencialidades. Las TIC deben acompañarnos, pero jamás sustituirán a la escuela.

Debemos reflexionar sobre la nueva función educativa de la escuela en los tiempos de las TIC.
Debemos promover un nuevo contrato educativo entre lo escolar y lo digital, para que las nuevas generaciones sean las principales protagonistas

¿Aulas 2.0 ?

 "Las computadoras en las aulas cambian las relaciones educativas".



En la mayoría de las escuelas del S XXI, por lo menos en la Argentina, seguimos viendo aulas estructuradas hace más de 200 años. ¡No exagero tanto! El aula, estructurada en base a un método frontal, generalmente con una disposición centrada en el frente, con un punto de atención en la figura del maestro, quien transmite su
saber, y dice quién habla y cuándo habla, una relación totalmente asimétrica.

Esta estructura de comunicación, tiene que ver con la idea de autoridad que circula aún entre muchos docentes. Las relaciones de saber y poder, ya están definidas de antemano.

Quizás en otras escuelas, veamos ya a los niños sentados en grupos, con el docente recorriendo el aula, y tratando de atender las diferentes necesidades.

Con el programa “Conectar Igualdad” a nivel nacional, y el “Plan Sarmiento” en la Ciudad de Buenos Aires, están ingresando a las aulas computadoras y netbooks. En muchos institutos de gestión privada incorporaron también las pizarras digitales.

Todos estos artefactos tecnológicos permanentes en el aula, con sus pantallas individuales y su conexión en red, suponen una redefinición del aula como espacio pedagógico. Es difícil sostener la enseñanza frontal, simultánea y homogénea, en un contexto de tecnologías que proponen una fragmentación de la atención y recorridos más individualizados según el usuario. Como señala Area Moreira, hay un quiebre con la secuencia y linealidad que imponía el orden de la clase simultánea, basada en materiales impresos como el libro de texto, y una apertura a otro tipo de organización más personalizada.

No seamos ilusos de creer que, la sola presencia de las TIC, modificarán la estructura de nuestras aulas, y el estilo de comunicación que en ella se desarrolle. Como dice Mariano Gordillo, los modelos 1 a 1 pueden ser solidarios también, con la lógica de la tarima. Con la ayuda de herramientas virtuales, el profesor podría ahora dirigir, vigilar y controlar el aula desde una suerte de “panóptico digital”.


Queda en nosotros, los docentes, cumplir con responsabilidad nuestra misión, de comprender lo que está sucediendo y reflexionar cómo vamos a utilizar las TIC en nuestras prácticas.  

viernes, 13 de enero de 2012

¿Irreconciliables diferencias?

Los ciudadanos del siglo XXI son formados por docentes del siglo XX en escuelas del siglo XIX.

Escuelas del siglo XIX

La escuela nace en el segundo entorno, como lugar de socialización planificada de la infancia y la juventud. Sus procesos de escolarización guardan una estrecha relación con las necesidades propias de la vida industrial y urbana. La escuela es un elemento crucial en los procesos de cambio de la modernidad. Su función es proporcionar al individuo una educación general para su futuro y una formación especializada para su desarrollo profesional que le servirá para el resto de su vida, educa a personas que viven en contextos de cambio intergeneracional. Rigidez de los espacios y los tiempos. Contenidos conceptuales y seriados.


Docentes del siglo XX

Acción educativa transmisiva basada en el paradigma narrativo-contemplativo.  Comunicación unidireccional y vertical. Autoridad basada en “vigilar y castigar”.
Heteronomía, curriculums prescriptos con contenidos teóricos sin aplicación práctica y descontextualizados. Rutinas.

Ciudadanos del siglo XXI

Nativos digitales viviendo en el tercer entorno, con nuevas formas de interacción, donde el tiempo y el espacio ya no los condicionan. Ingresan a la escuela con una primera alfabetización digital. Aceleración vertiginosa de los contextos sociales. Cambios intrageneracionales.


¿Leíste con atención?
Pues así estamos. Nuestros niños, están viviendo esta realidad. Por eso no puede llamarnos la atención la repitencia, el fracaso escolar, el poco interés de los alumnos, y las contradicciones y tensiones en los discursos sobre políticas educativas.

¿Es posible una educación coherente con las nuevas formas de producción del conocimiento y con un paradigma emergente dialógico – participativo, en un contexto que aún se mueve en el paradigma narrativo – contemplativo, con relaciones unidireccionales y verticales, y con sólo contenidos conceptuales  y seriados?

¡Claro que no!

Es necesario un cambio, y ese dependerá en gran medida del papel que asumamos los docentes ante las TIC.

Ni fines, ni medios. ¡Reflexionemos! Esto que nos desborda, debe comprometernos a un trabajo serio de reflexión.

Nos enfrentamos a un gran desafío:

¿Cuál es la función educativa de la escuela en los tiempos de las TIC?

¿Qué debemos modificar los docentes para estar a la altura de las circunstancias?

¡Promovamos un nuevo contrato educativo entre lo escolar y lo digital en el que las nuevas generaciones sean sus protagonistas y principales beneficiados!

lunes, 2 de enero de 2012

¿Conectados o aislados?

Actualmente las redes sociales presentan la dualidad implícita que caracteriza todo aquello relacionado con internet, por lo que uno de los peligros del que se habla es el mal uso que se le pueda dar a éstas herramientas. Una campaña reciente muy interesante, ¿#Kon3ctados o Atrapa2?, señala el abuso por parte de jóvenes y menores en el uso de las redes sociales, asimismo, existen como ésta, otras tantas críticas sociales más o menos severas, ya que al parecer, e irónicamente, las redes sociales nos están llevando al aislamiento en vez de tener el efecto contrario.

 El mundo está cambiando. Internet está modificando los hábitos de vida de la sociedad moderna. Las redes sociales se han convertido en una parte habitual de nuestras vidas y no solo en la juventud, si no para todo tipo de personas de todas las edades. Desde jóvenes que las utilizan para comunicarse con sus amigos hasta hombres de negocios que intercambian ideas o a personas que desean conocer gente nueva...pero, y esto es algo más nuevo aún, las redes sociales están actuando como medio de revolución en el mundo, aquellas personas que no tenían voz ni voto en el mundo pueden ser escuchadas gracias a estas redes y dar a conocer sus opiniones políticas, religiosas y ponerse en contacto con otras personas con sus mismas ideas; en estos últimos meses hemos tenido ejemplos muy claros de como las redes sociales pueden influir en un país entero.

Como dijimos al comienzo, siempre que hablemos de Internet, se nos presentará esta dualidad.

¿Vivimos realmente más conectados, más relacionados? ¿O nos aislamos en nuestro mundo cuando navegamos por la Internet? ¿Sirve esta tecnología para estar más cerca de los otros?

Como siempre dependerá del uso que cada uno de nosotros hagamos de ella.

Pero no podemos negar que el mundo está cambiando con respecto a la distribución de la información y con la posibilidad de acercamiento entre los hombres desde cualquier puno del planeta.


Internet, ¿nos hace cada vez más inteligentes?

¿Es posible la idea de una evolución conjunta entre la inteligencia humana y la inteligencia artificial, o al menos de una influencia recíproca entre ellas?

Hay quienes sostienen que el contacto con las tecnologías digitales puede hacer variar significativamente los cocientes de inteligencia y podría ser, en parte, la explicación de su incremento continuado.

En este punto se enfrentan dos posturas opuestas, la cultura popular vs la cultura elitista tradicional.

Todo lo que la cultura tradicional ve como pernicioso para el desarrollo intelectual, los videojuegos, la televisión, los foros de Internet, para otros, nos están haciendo más inteligentes, y opinan que a través de los medios propios de la cultura popular y de las interacciones en la red, se fomenta la práctica de diversas habilidades cognitivas, estimulando la inteligencia.

Un estudio del Pew Research Center, elaborado por Janna Quitney Anderson (Universidad de Elon) y Lee Rainie (Pew Internet & Live Project), reveló que, de 895 expertos, el 78% coincide en que en diez años la población conectada en el mundo mediante Internet podrá tomar mejores decisiones y aumentar su intelecto.
Según este estudio, nuestro uso de Internet realza y aumenta la inteligencia humana, mejora la lectura, escritura e interpretación del conocimiento.

Sin embargo, otros expertos señalan que  la Red podría tener el efecto contrario y disminuir el cociente intelectual de quienes lo usan mucho.
Un estudio anterior de Nicholas Carr, llamado "¿Google nos hace más estúpidos?", refiere que el intenso uso de la web altera el coeficiente intelectual y la concentración de los usuarios.
Los expertos apoyan que los métodos de búsqueda en Internet cambiarán las capacidades cognitivas de los usuarios. "No tendremos que recordar mucha información, pero tendremos que pensar mejor y tener habilidades más críticas", destacan.

No sabemos si Internet nos hará más o menos inteligentes, lo importante como docentes, es poder colaborar para que todos nuestros alumnos desarrollen al máximo sus competencias digitales y su capacidad creativa, para que puedan generar sus propios contenidos desde la infancia.

Así, Internet será una herramienta más para estimular nuestra inteligencia.